19 de agosto del 2021 Hermanos y Hermanas en Cristo, A principios de esta semana, el Papa Francisco emitió un video en el que hizo un llamado para que las personas se vacunen contra el COVID-19. Dijo: "La vacunación es una forma simple, pero profunda, de promover el bien común y cuidarnos los unos a los otros, especialmente a los más vulnerables". La Iglesia ha dejado claro que está moralmente permitido el vacunarse contra el COVID-19. Sin embargo, soy muy consciente de que algunas personas luchan con problemas de salud, problemas médicos subyacentes u objeciones morales sinceras a las vacunas. Es importante recordar que, en la teología moral católica, la conciencia de una persona no puede ser violada. Nosotros, que somos obispos y sacerdotes, estamos llamados a ayudar a informar la conciencia de una persona. No sustituimos la conciencia. Si una persona tiene problemas de salud u objeciones morales sobre las vacunas, no se le debe obligar a vacunarse. Además, los sacerdotes no deben participar en la firma de ningún documento relativo a la conciencia de otro. Como ya han escuchado, el Gobernador Jay Inslee ha anunciado un mandato de usar cubrebocas en el interior de todos los edificios en todo el Estado obligatoriamente para todas las personas sin importar si están o no vacunados. La orden entra en vigor el lunes 23 de agosto y se aplica a todas las actividades en interiores de los edificios, incluidos los eventos parroquiales, como la celebración de la Misa. El Gobernador también anunció la vacunación obligatoria para todos los empleados que trabajan en las escuelas desde el Kínder hasta el 12º grado y para la educación superior. Esto incluye las escuelas privadas y religiosas. Si bien alentamos la vacunación, no tenemos la intención de violar las conciencias de nuestros maestros que trabajan en las escuelas católicas ni tenemos la intención de quitarle su objeción de conciencia a las personas. Estamos en conversación con funcionarios cívicos y de salud sobre los requisitos de vacunación obligatorios por el gobierno y ofreceremos más orientación al personal de la parroquia y las escuelas a su debido tiempo. ¡Nuestra Señora de Lourdes! Ruega por nosotros. ¡Viva, Jesús, en nuestros corazones! Para siempre. En Cristo, Nuestro Señor Obispo Daly