Al saber que uno de nuestros familiares va a fallecer pronto, la idea de pensar que ya jamás volveremos a ver a esa persona nos entristece demasiado. Quizás, la muerte de algún familiar llegue inesperadamente. En mi experiencia pastoral, he tenido algunos casos de personas que han fallecido repentinamente y que los familiares no saben que hacer. En estos casos, debemos de estar conscientes que es deber de los familiares el avisar a las autoridades pertinentes cuando un familiar fallece.
Muy frecuentemente me han preguntado los familiares si puedo ir a darles los “santos oleos” a las personas que ya han fallecido. También, me han pedido el ir a bautizar niños que fallecieron después de nacer.
Algo que no sabemos es que los sacramentos son para las personas que aún están con vida. Es muy importante saber que, si nuestro familiar ya falleció, pues los familiares deben de contactar a la funeraria para los arreglos funerarios. El sacerdote tendrá que hacer el funeral de la persona. Sin embargo, no se puede dar un sacramento a una persona que ya ha fallecido.
En una ocasión, me llamaron del hospital pues un joven de aproximadamente 17 años tuvo un ataque al corazón y estaba en coma. Logre llegar a tiempo al hospital y darle el sacramento de la unción de los enfermos o, comúnmente conocido como “santos oleos”. Todavía estaba respirando, pero ya estaba inconsciente. El murió luego después de recibir los sacramentos. Después yo mismo esperé a que la familia hiciera los arreglos con la funeraria y se celebró su funeral. Las personas me preguntaron si había un sacramento para los difuntos, pero no lo hay. Los familiares pueden rezar rosarios o pedirle a una persona que rece un rosario por el difunto.
En el caso de los niños que están a punto de fallecer, cualquier persona los puede bautizar. Si el sacerdote está muy lejos o está ocupado, los mismos papás o algún enfermero o enfermera, pueden bautizar al niño. Si el niño vive después de ser bautizado, entonces, se le avisa al sacerdote de que fue bautizado en peligro de muerte. A las personas que mueren sin bautizar las encomendamos a la misericordia de Dios, pero en ningún caso se puede dar un sacramento a un difunto.
Por lo tanto, los sacramentos son únicamente para personas vivas. No se le puede dar la comunión a un difunto. Tampoco se puede dar el sacramento del matrimonio a una persona viva que quería casarse con su novio o novia, pero que ya ha fallecido (esto es, no se puede casar por la Iglesia Católica a una persona viva con un muerto).
Entonces, lo único que queda hacer cuando un familiar ya ha fallecido es rezar por su eterno descanso. Ya no hay sacramentos para los difuntos. Cualquier persona puede rezar por el familiar fallecido. Después del funeral, los familiares pueden ofrecer Misas por las intenciones de sus familiares difuntos. Recuerde, no llame a su sacerdote para que le de un “sacramento” a un familiar difunto, sino solo contacte a la funeraria para poder ver lo del funeral y, después, hay que ponerse de acuerdo con el sacerdote para poder hacer el funeral de la persona que ha fallecido. Recemos por todos nuestros familiares que ya han fallecido y que Dios les de a ellos el descanso eterno. ¡Dios los bendiga!